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La muerte todo lo disuelve

Lección 1

Desde que empecé a trabajar el curso sobre la muerte como consejera y aliada no han parado de llamarme los de los seguros de defunción.

Al final, o de momento, he donado mi cuerpo a la ciencia. Lo hice el otro día, hacerme donante, quiero de decir.

Recuerdo lo mal que me sentó cuando con 13 ó 14 años mi madre me dijo, que se había hecho donante del cuerpo para la ciencia.

No quería que tuviera ese final, hasta le imploré que cambiara de opinión, me puse muy nerviosa, preocupada y triste.


También pensé que una vez llegara el momento no lo íbamos a permitir.

Pero no fue así, mi madre murió en 2011, y ni siquiera pude despedirme de su cuerpo, no llegué a verla muerta. En el último suspiro estaba mi hermana Cris, ella me contó cómo se fue.

Abrió más los ojos y dijo "AMOOOOO". Por la forma como me lo explicó mi hermana entendí que dijo "más amo de dueño", que "amo", de amar.

Los chamanes del México antiguo describen la muerte como una inmensa fuerza que atrae nuestra conciencia al morir.

Con mi padre tampoco pude estar y tampoco lo vi muerto, pero no murió sólo. También donó su cuerpo a la ciencia.

Mi hermano Santi sí, él murió sólo y sí, vi su cuerpo en el funeral.

No me lo podía creer.

Pocos días antes el seguía involucrado en su trabajo.

Y la muerte todo lo disolvió.

Sigo algo enfadada, porqué yo quisiera que él estuviera vivo.

Citas

Los antiguos videntes, enfrentándose a peligros incalculables, habían “visto” la fuerza indescriptible que es el origen de todos los seres conscientes.

La llamaron el Águila, porque al vislumbrarla brevemente, la “vieron” como algo que parecía un águila, negra y blanca, de tamaño infinito. Ellos “vieron” que es el Águila quien otorga la conciencia de ser. El Águila crea seres conscientes a fin de que vivan y enriquezcan la conciencia que les da con la vida.

También vieron que es el Águila quien devora esa misma conciencia de ser, enriquecida por las experiencias de la vida, después de hacer que los seres conscientes se despojen de ella, en el momento de la muerte.

Los chamanes “vieron” que en el Universo existe una fuerza descomunal, un inmenso conglomerado de campos de energía al que denominaron “el Águila” o “el oscuro mar de la conciencia”. Comprobaron que el “oscuro mar de la conciencia” es la fuerza que da conciencia a todos los seres vivos, desde los virus hasta los humanos.

Se convencieron de que dota de conciencia al recién nacido, quien la realza mediante sus experiencias vitales hasta el momento en que la fuerza exige su devolución.

A Don Juan personalmente no le gustaba la idea de que algo nos devora. Para él, sería más preciso si los videntes hubieran dicho que hay una fuerza que atrae nuestra conciencia, muy a la manera en que un imán atrae limaduras de hierro. En el momento de morir, todo nuestro ser se desintegra bajo la atracción de esa inmensa fuerza.

Podcast

Este podcast es un fragmento de la conferencia del seminario online y curso La muerte como aliada y consejera.

Escrito el 8 de febrero de 2019.

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