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Sana tu autoestima para sanar tu relación con la comida (1)

Lección 6

Escucha la charla a través del Podcast:

Texto de Beatriz Álvarez, la segunda parte está en la siguiente lección.

1. ¿Qué es la autoestima y cómo es una sana autoestima?

Autoestima es amarse. Es algo así de simple, pero es un concepto que ha llenado miles de páginas, que constituye la base del bienestar interior, que no es fácil a veces de generar y mantener, y que tiene su correlato en muchas tradiciones espirituales. 

Es una actitud, no es solo un sentimiento de amor. Es también lo que pensamos acerca de nosotros. Y lo que hacemos por nosotros.

Si la autoestima es sana, o insuficiente, o perjudicial, se refleja en esos tres aspectos.

Autoestima sana:

- Sentimientos:

Hay personas que sienten hacia sí mismas amor, interés, respeto, afecto, ternura, deseo de ayudarse cuando tienen sufrimiento, aceptación incondicional, implicación, complicidad... Tienen un sentimiento general de gustarse.

- Pensamientos:

Aquí entra el autoconcepto: ¿cómo soy?

Son personas que pueden ver tanto sus partes positivas, sus cualidades, como las negativas, tienen una visión equilibrada de sí mismas. Que pueden ver sus errores y aprender de ellos. Piensan que son valiosas, y merecedoras de amor y de todo lo bueno que consigan y que les llegue.

- Acciones:

Son personas que se ayudan cuando sufren; que disfrutan de lo positivo de la vida; que escuchan sus emociones y necesidades, y hacen lo posible por cuidarse; que se respetan, no poniendo a los demás por delante de ellos; que saben cómo regular sus emociones... Esta una buena base para tener una alimentación sana y equilibrada.

Dentro de los tipos de autoestima perjudicial, está la autoestima narcisista. Esto consiste en tener la autoestima alta, sin que esto esté basado en la realidad. Es pensar que se tienen cualidades que en realidad no se tienen, pensar que eres mejor que los demás, no afrontar los errores...

La autoestima sana es realista, tiene en cuenta las virtudes y los defectos, acepta los errores y sabe cómo afrontarlos y aprender de ellos.

¿Cómo notar que no te estás amando lo suficiente o de la manera que lo necesitas?

La baja autoestima suele producir:

- Sentimientos:

La persona se siente insegura, con poca confianza en sí misma,  inferior. Siente miedo a ser rechazada, no se gusta, puede odiarse, no acepta sus defectos o debilidades, no acepta sus errores, no siente interés ni implicación hacia sí misma, siente falta de valía, soledad, desesperación.

- Pensamientos:

Cuando hay baja autoestima es frecuente que entremos en juegos mentales como compararnos con los demás, o exigirnos en exceso.

También que nos guiemos por normas y no por lo que realmente queremos hacer. La persona con baja autoestima está muy en los "Debería", "Tengo que"... y no en los "Quiero, prefiero, deseo..."

Existe también menor claridad en el autoconcepto, con pensamientos y sentimientos confusos y ambivalentes cerca de sí mismas. (¿Quién soy, cómo soy?)

Hay una visión excesivamente negativa respecto a las propias habilidades y méritos, y bajas expectativas acerca de lo que se puede conseguir en la vida, lo que se es capaz de hacer.

Además de todo esto, la baja autoestima va ligada a la autocrítica patológica, que es una forma dañina de autocrítica. La autocrítica aparece en los momentos de inseguridad, cuando se cometen errores, cuando algo va mal en la vida, ante retos... es decir, en las situaciones difíciles, y es importante pues es de ayuda; pero cuando es patológica, es muy dañina, pues produce sentimientos de inferioridad, inseguridad, desánimo, abatimiento...

- Acciones:

No poder actuar con autenticidad, es decir, según los auténticos intereses y valores, y en sintonía con lo que se siente o experimenta en su interior.

Es frecuente tener dificultades en la relación con los demás: que seamos excesivamente complacientes con los demás, incluso a costa de nuestro bienestar o agresivos; podemos pasar de la pasividad a la agresividad. Dificultades para ser asertivos.

Es más probable que caigamos en comportamientos autodestructivos, como malos hábitos de alimentación, que nos autosaboteemos.

Es más fácil que abandonemos nuestras metas cuando hay dificultades, que adoptemos menos riesgos a la hora de conseguir las metas, la persona con baja autoestima se protege más del fracaso.

 Se produce también inhibición y miedo paralizante a la desaprobación.

Los problemas con la comida pueden ser en parte un reflejo de los problemas en la relación que la persona tiene consigo misma.

2. Patrones destructivos de alimentación.

Existen diferentes maneras de clasificar los patrones destructivos de alimentación. Voy a optar aquí por dividirlos en dos grandes grupos:

  • Una es no darnos suficiente comida, no dar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesitamos, y también negar la necesidad que tenemos de disfrutar con la comida. Esto puede ocurrir cuando intentamos adelgazar hasta un punto que está por debajo de lo que es sano para nuestro cuerpo.
  • La otra forma de hacernos daño es comer en exceso; comer en exceso, cuando intentamos evitarlo y no podemos, suele estar ligado a dificultades en la regulación de las emociones.

¿Cómo se relacionan nuestros patrones destructivos de alimentación con la autoestima?

Vivimos en una sociedad que envía dos mensajes muy perjudiciales; por un lado, nos envía un ideal corporal de delgadez que está muy alejado de la realidad;  es inalcanzable, de manera sana, por la mayoría de mujeres. Por otro, nos dice que adelgazar o moldear el cuerpo es fácil, que con voluntad se consigue; que si no lo tienes es porque no quieres o porque no tienes suficiente voluntad.

Esto es erróneo, la realidad es que es difícil modificar nuestro cuerpo, pues la forma del cuerpo está en gran medida determinada por los genes.

En cuanto al peso, también influye nuestra herencia genética, y un mecanismo de supervivencia que causa que sea difícil perder peso, y fácil recuperarlo.

Además, nuestro organismo tiende a mantener constante su peso corporal. Aunque haya cambios periódicos en el balance energético, la disponibilidad de la comida, o incluso cuando se pierde peso corporal existe una tendencia a regresar a los niveles previos anteriores a la pérdida. Este es el principio básico de la teoría del punto de ajuste o set point. Nuestro cerebro tiene un sistema de regulación del peso que posee dos objetivos simples: mantener el peso más o menos estable, y que no disminuya demasiado.

Para poder entender cómo se relacionan los patrones destructivos de alimentación vistos más arriba con la autoestima, debemos ver la autoestima como una necesidad, algo que si no se tiene, se va a buscar incansablemente. Cuando no hay autoestima, no hay paz interior. La persona está en constante búsqueda, a veces no sabe exactamente lo que persigue. No sabe que lo que necesita es amarse. Que podría descansar en sí misma.

En el primer caso, el caso de no darnos suficiente comida, intentar restringir la alimentación en exceso para poder adelgazar, esta dificultad se relaciona con la autoestima de la siguiente manera: Cuando no hay una autoestima sana, la persona busca maneras de sentirse bien consigo misma.

En el caso de las mujeres, tener un cuerpo delgado, y con una determinada forma, es algo que está muy valorado; una forma de conseguir la valoración que no se tiene internamente, es conseguir tener ese cuerpo que está valorado socialmente. Incluso en el caso de acercarse a ese ideal social a nivel físico, no se consigue verdadera autoestima, pero sí se consiguen sensaciones de sentirse mejor consigo misma, aunque esto es solo temporal.

Respecto al segundo caso, el de comer en exceso, con muchísima frecuencia está relacionado con dificultades para regular o gestionar las emociones. Es decir, cuando se sienten emociones desagradables como soledad, aburrimiento, vacío, ira, tristeza, estrés... se utiliza la comida para poder disminuirlas, o evitarlas, porque no se han aprendido recursos eficaces para poder regular estas emociones de manera beneficiosa.

¿Qué es la regulación emocional?

Es tener la capacidad de escuchar nuestras emociones, identificarlas, calmarlas y permitir que nos guíen para tomar las mejores decisiones en nuestra vida y nuestras relaciones. Se trata de estar con nuestras emociones sin que nos desborden y sin que nos lleven a comportamientos impulsivos.

La regulación de las emociones lleva implícito el tener una buena autoestima. Si no te aprecias, no te vas a tomar el tiempo necesario ni el interés en escuchar tus emociones, en identificarlas; no vas a poder darte el apoyo y la calma necesarios cuando las emociones sean muy intensas o amenazantes; y no vas a poder utilizarlas como guía. Las personas con autoestima baja, se guían por las normas, los deberías, las imposiciones, y no tienen en cuenta la valiosa información que proporcionan las emociones.

Continuará la próxima semana...

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