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Bienvenido Silencio

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Descripción del curso

Había dicho que detener el mundo consiste en introducir un elemento disonante en la trama de la conducta cotidiana, con el propósito de detener lo que habitualmente es un fluir ininterrumpido de acontecimientos comunes; acontecimientos que están catalogados en nuestra mente por la razón.

Me había dicho también que el elemento disonante se llama no-hacer, o lo opuesto de hacer. Hacer es cualquier cosa que forma parte de un todo del cual podemos dar cuenta cognoscitivamente. No-hacer es el elemento que no forma parte de ese todo conocido.

Carlos Castaneda

La descripción ordinaria del mundo nos compele a comportarnos siempre en los términos que ella señala, por lo tanto todas nuestras acciones emanan de la descripción y a su vez la revalidan. A estas acciones se les conoce como "hacer" y en combinación con la descripción que las sustenta, constituyen un sistema que se retroalimenta a sí mismo.

Cualquier tipo de acción que no sea congruente con la descripción del mundo o del sí mismo constituye el no-hacer de la persona.

El no-hacer interrumpe el flujo de la descripción y esta interrupción a su vez suspende el hacer del mundo conocido, por lo que el no-hacer, es el medio que abre el camino de acceso al lado desconocido de la realidad y de la persona; en otras palabras es el medio de acceso al nagual, que en lo que se refiere al mundo es la realidad aparte y al caso de la persona, es la conciencia del otro yo.

Como el no-hacer se practica desde el lado derecho de la conciencia, pero tiene la facultad de llevarnos a facetas del lado izquierdo, su práctica sistemática va creando puntos de contacto entre ambos lados, que poco a poco pueden acercarnos a la integración de ambos modos de conciencia, en una resultante que se conoce como "la totalidad de uno mismo"El conocimiento es mucho más de lo que solemos creer. Hay mundos nuevos al alcance de la mano. Nos introducimos en ellos mediante una percepción diferente, mediante el ver. Para ver necesitamos acabar con la traba de nuestra importancia personal.

Acabamos con nuestra importancia personal si paramos el mundo mediante la detención del diálogo interno. Detenemos nuestro diálogo interno mediante la técnica del no-hacer que es realizada por el cuerpo, no por la razón.El secreto no está en lo que hacemos, sino que en lo que no-hac emos: en hacer el no-hacer, estado de flujo más allá de las limitaciones racionales.

Los no-haceres del yo personal 

  • Borrar la historia personal
  • Perder la importancia de ti mismo
  • Romper las rutinas que fijan las continuidades de nuestras descripciones.

Los no-haceres permiten que el cuerpo junte poder.

Al acabar con nuestra importancia personal liberamos gran cantidad de energía que nuestro cuerpo recanaliza: Don Juan llama impecabilidad a esta recanalización de energía.

Mediante los no-haceres del yo nos ponemos a disposición del espíritu mediante el puro entendimiento que aparece cuando rompemos nuestras predisposiciones perceptuales.

Sentarme en un parque y mirar las sombras que producen las hojas y ramas de los árboles. Nuestra rutina ( nuestro “hacer”) es mirar siempre los árboles por el tronco, hojas, y ramas, pero NUNCA le damos atención a las sombras. 

Así que mi no-hacer fue mirar por horas las sombras de las hojas de todos los arboles del parque. Primero se empieza con las sombras de las hojas de una sola rama. La vista NO debe irse a las hojas, siempre debe mantenerse fija en las sombras. Cuando ya hemos repasado bien las sombras de la primera rama, nos vamos a la siguiente rama. Y así.. Hasta que cubrimos toda la sombra del árbol.Este no-hacer se hace con total concentración. Es importante la concentración.

Después de hacerlo por horas, por días, y por meses, el cuerpo cambia. Nuestra visión del mundo cambia. Nuestra energía se renueva. Mientras esto sucede, el Universo estará trabajando en entregar el pedido que solicitamos en el plan de acción. Y el día que te sientas feliz, ese día el universo te entrega lo solicitado.

Así que si no tienes nada mejor que hacer… no-hagas. Te aseguro que tu pedido llegara casi instantáneamente. Es el modo en el que hoy materializo todo mi mundo

La energía

El control de la energía es uno de los temas clave en el mundo tolteca. Sin la energía necesaria es imposible poder percibir el mundo de otra manera que no sea la convencional.Lo primero que debemos tener claro es la definición de energía: La energía se podría definir cómo la atención disponible que tiene la persona para enfocarla o dirigirla hacia donde quiera. Es la atención que nos mantiene presentes, lo que nos hace conscientes del momento.

Sin esa energía nos convertimos en robots que se mueven por inercia y que siguen las rutinas de la vida sin poder estar presentes. Si no tenemos esa energía, nos es muy difícil conseguir el silencio, la meditación y el ensueño.Según los toltecas, los seres vivientes nacemos con una cantidad determinada de energía disponible, que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. No hay manera de tener más energía que esa. Y nuestra energía inicial depende de nuestros padres y básicamente de qué intensidad amorosa tubo nuestra concepción.Para poder entender bien el término pondré algunos ejemplos que pueden aclarar de que manera podemos perder nuestra energía o mantenerla en nuestro interior:

Imaginemos una persona que acostumbra a comer siempre a unas horas determinadas y disfruta mucho haciéndolo. Para esa persona, la hora de comer es de las cosas más importantes de su vida. 

En cuanto las circunstancias particulares no le permiten comer a su hora, y el tiempo se alarga, la persona comienza a ponerse nerviosa y pierde mucha de su energía.

Su atención se va gastando en sus pensamientos y emociones que responden a esta falta de sustento.Puede haber muchos ejemplos, todos tenemos rutinas y cosas importantes para nosotros que cuando no suceden a nuestra conveniencia nos hacen perder grandes cantidades de energía.

Otras cosas que nos hacen perder grandes cantidades de energía es la importancia personal y la historia personal. El defender nuestra importancia nos desgasta, y el vivir en el pasado mantiene un flujo constante de atención enganchado a las personas y situaciones pasadas que vacían nuestra energía o atención.Si nos fijamos, el camino del guerrero visto en el capítulo anterior, es un mapa para ahorrar nuestra energía y llegar a ser impecables.

La impecabilidad

Don Juan decía que la impecabilidad es hacer lo mejor que puedas en lo que fuese.

La impecabilidad no es otra cosa que el uso adecuado de la energía. Los guerreros hacen inventarios estratégicos. Hacen listas de sus actividades y sus intereses.

Luego deciden cuáles de ellos pueden cambiarse para, de ese modo, dar un descanso a su gasto de energía. El inventario estratégico solo abarca patrones de comportamiento que no son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar.

En los inventarios estratégicos de los guerreros, la importancia personal figura como la actividad que consume la mayor cantidad de energía, y por eso se esfuerzan por erradicarla.

Una de las primeras preocupaciones del guerrero es liberar esa energía para enfrentarse con ella a lo desconocido. La acción de recanalizar esa energía es la impecabilidad.Hay que dedicar todo el tiempo y toda la energía para poder superar la propia estupidez. Eso es lo importante. El resto no vale la pena. Nada de lo que la gente habla y pelea por defender les proporciona bienestar. En cambio, el ser un guerrero impecable nos dará vigor y juventud y poder. De modo que lo que debemos hacer es escoger sabiamente.Estamos hablando de un tema de tal importancia qué, tal como decía don Juan, si no tenemos energía disponible es imposible que entendamos o comprendamos quienes somos y nuestras posibilidades como seres perceptores.

Solo teniendo suficiente energía podemos llegar a la totalidad de nosotros mismos. Es una concepción muy distinta a la que tiene el ser humano común, la comprensión no es mental, sino corporal, de nuestro cuerpo energético, sólo mediante la energía es posible comprender y saber.

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