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Desafío autoestima

4 Módulos 16 Lecciones Fácil

Descripción del curso

Como hemos visto, siempre elegimos la acción que parece que satisface mejor las necesidades que tenemos. Los beneficios de esa acción parecen superiores a sus desventajas en ese momento en que estamos decidiendo.

Por otro lado, la acción que parece mejor en cada momento dependerá de tu conocimiento consciente, que es el grado de claridad con el que se comprende todo lo relativo a la necesidad que se intenta satisfacer.

Esa consciencia dependerá de tus capacidades innatas, tu intuición, tus experiencias y tu estado emocional y físico.

En cada momento estás eligiendo lo que parece tener más posibilidades de satisfacer tus necesidades, por lo que cometer errores no tendría que afectar a la autoestima.

Puedes pensar que en ocasiones sabes que hay una opción mejor, y aun así eliges la menos favorable.

Sabes que sería mejor no tomar otra ración grande de tarta y aún así lo haces. 

En estos casos es necesario tener en cuenta un aspecto esencial de la motivación:

el conocimiento consciente puede estar enfocado en una motivación más fuerte y opuesta, como sentirse mejor en el momento presente, al tomar ese trozo de tarta, sin prestar demasiada atención a las consecuencias a largo plazo.

Es realmente una consciencia limitada, pues la mente se centra solo en un tipo de consecuencias (las ventajas de realizar esa acción), y desecha el otro tipo de consecuencias (las desventajas de realizarla).

En lugar de denominar a las elecciones como “buenas“  o “malas“, puede ser más útil denominarlas como “prudentes“ o “no prudentes”, “efectivas” o “no efectivas”. Esto hace que no te juzgues con tanta severidad y te centres en lo realmente útil:

El firme compromiso de incrementar tu conocimiento consciente

Volverás a cometer el mismo error de nuevo, por más que te propongas no hacerlo, a menos que incrementes tu conocimiento consciente.

La responsabilidad

Si entras en todo este razonamiento de que siempre haces lo mejor que puedes en cada momento puede llevarte a pensar que no eres responsable de tus actos. No es así, eres responsable que lo que haces y de tus decisiones.

Responsabilidad significa responder por lo que haces, y aceptar las consecuencias de lo que haces. Todo tiene un coste. Si eres muy consciente de los costes y estás dispuesto a aceptarlos y a pagarlos cuando lleguen, realizarás mejores elecciones.

Cuando se tiene un conocimiento consciente limitado de los costes de las acciones y no se está dispuesto a pagarlos cuando llegan se realizan peores elecciones.

Ser una persona más responsable significa incrementar la consciencia del precio a pagar por tus acciones.

Los límites del conocimiento consciente

El conocimiento consciente de las consecuencias de tus actos está limitado por cinco factores:

1. Ignorancia

En muchas ocasiones no tendrás forma de predecir las consecuencias de algo porque nunca te has enfrentado a circunstancias similares. Si estás aprendiendo a manejar tu robot de cocina es posible que el arroz quede medio crudo la primera vez que lo prepares. Si eres una mamá novata quizá no sepas al principio cómo evitar las escoceduras del pañal.

2. Olvido

No hay forma de recordar siempre las consecuencias de lo que hacemos, y muchas veces ocurre que algunas consecuencias no resultan lo bastante importantes como para recordarlas. Esto hace que se repitan determinados errores una y otra vez.

A mi con relativa frecuencia se me olvida mirar el número de plaza cuando dejo el coche en un parking. Esto muchas veces no me ha supuesto más que unos minutos de buscar. Aunque en una ocasión, en un parking particularmente grande me llevó media hora dando vueltas (y con mis hijos pequeños conmigo).

3. Negación

Cuando se niegan las consecuencias de los errores, puede ser por una de estas dos razones:

a) Temor. A veces se teme tanto el hacer las cosas de un modo diferente que se niegan las consecuencias negativas de las conductas.

b) Necesidad. Si realmente necesitas algo, tiendes a negar las consecuencias negativas para conseguirlo. Imagina a una persona que deja a su pareja porque la relación le resulta tóxica y una y otra vez vuelve con ella. Cuando vuelve tiene presentes sus sentimientos de amor y su sensación de dependencia, al tiempo que tiene que negar las consecuencias perjudiciales de volver.

4. Falta de alternativas

En ocasiones no se puede actuar de otro modo porque se carece de habilidad, capacidad o experiencia para hacerlo.

Sería el caso de una persona que desea hacer nuevos amigos pero cada vez que acude a una reunión social apenas dirige la palabra a nadie y se queda apartada porque carece de habilidades sociales.

5. Hábitos

En este caso no se piensa en las consecuencias porque no se es consciente de estar tomando una elección.

Sería el caso de una persona que a pesar de sus problemas de salud tiene el hábito de tomar comida alta en hidratos de carbono y grasas los fines de semana, cuando se reune para comer con su familia y amigos.

De este modo el olvido, la negación, el hábito... hacen que el conocimiento consciente a la hora de tomar decisiones esté muy limitado, y eso puede llevar a cometer errores.

Es por ello que no hay que recriminarse ante los errores pero sí ser consciente de que puedes hacer algo al respecto. Veamos cómo.

El hábito de la consciencia

El hábito de la consciencia es el compromiso de predecir las consecuencias probables, tanto a corto como a largo plazo de cualquier acto o decisión significativa.

Preguntas que puedes formularte para incrementar la consciencia:

- ¿He experimentado antes esta situación?

- ¿Qué consecuencias negativas puedo esperar, a corto y a largo plazo, como consecuencia de esta decisión?

- ¿Qué consecuencias positivas puedo esperar, a corto y a largo plazo como consecuencia de esta decisión?

- ¿Qué puedo hacer que tenga consecuencias menos negativas?

Tomar el compromiso de examinar las consecuencias probables de las decisiones significativas a las que te enfrentes no debe asumir la forma de una preocupación neurótica, si no más bien la actitud de una mente interrogante, abierta y curiosa.

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Estructura del curso

Curso
2 Lecciones

2.Calmar la crítica patológica

Todos necesitamos una voz crítica interior. De no ser por ello, cometeríamos una y otra vez los mismos errores, o tendríamos comportamientos que no nos convienen.

La crítica interior sana, nos advierte de las cosas que nos podrían perjudicar, a corto y a largo plazo.

Pero para que esa crítica no dañe nuestra autoestima, debe ser respetuosa y no controladora. Que nos ayude a no equivocarnos, admitiendo y aceptando nuestro derecho y necesidad de equivocarnos a veces.

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4 Lecciones

3. Autoevaluación precisa

Las personas con baja autoestima no se perciben con claridad a sí mismas.

Por un lado, tienen dificultades para saber quiénes son y cómo son. Les cuesta definirse y definir qué les gusta, qué sienten, qué desean o necesitan. 

Cuando la autoestima va sanando, el autoconcepto se clarifica, la persona se atreve a ser ella misma y se da cuenta y se permite actuar de acuerdo a quien realmente es.

 

 

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